Un equipo internacional de
científicos ha logrado demostrar por primera vez que la espermidina, una
molécula poliamina de origen natural, conocida por su efecto de prolongación de
la vida en cultivos celulares y animales, tiene un efecto antienvejecimiento
también en los humanos.
La información la publican medios
como la agencia de Noticias EFE y Diario
Libre y la destaca TiempoNotiRD.
Algunos alimentos ricos en esta
molécula son coles, guisantes, cereales, manzanas, lechuga, champiñones, frutos
secos, patatas o queso curado.
Según las conclusiones su estudio,
que ha seguido la dieta de 829 individuos desde 1995 hasta 2015, quienes lleven
una dieta rica en espermidina podrán prolongar su vida sana hasta en cinco
años.
“La cantidad de espermidina que
produce nuestro cuerpo decae según vamos envejeciendo, especialmente si no
seguimos una dieta adecuada”, explicó a Efe Stefan Kiechl, líder de la
investigación y Doctor en Neurología de la Universidad de Innsbruck.
La sustancia, que se encuentra de
forma natural en los organismos vivos, está especialmente presente en humanos
en el esperma, en las bacterias intestinales y en algunas células.
A partir de los 40 años
aproximadamente, el cuerpo humano reduce su producción natural, por lo que hay
que reforzar su presencia en la dieta.
“Las recomendaciones son las mismas de
siempre: comer mucha verdura, fruta, nueces y alimentos integrales, que
contienen altas dosis de la molécula”, añadió Kiechl.
Desde la citada universidad austríaca
señalan que el efecto antiedad de la espermidina se debe principalmente a su
capacidad para estimular la autofagia, un proceso de autolimpieza de las
células por el que sus componentes defectuosos o que ya no se necesitan se
descomponen y se reciclan.
“El aumento de la ingesta de
espermidina le indica a la célula que inicie el proceso de autolimpieza y así
protege contra los depósitos y el envejecimiento prematuro”, señalan los
científicos en el comunicado en el que explican su descubrimiento.
La investigación forma parte de un
estudio más amplio, el Proyecto K del Centro de excelencia de investigación en
envejecimiento vascular (VASCage) de la Universidad de Medicina de Innsbruck,
que busca determinar en que qué medida componentes de alimentos pueden influir
en los procesos de inflamación y envejecimiento en los humanos.
Concretamente, según indican en el
comunicado publicado por la institución, el estudio demostró que las personas
que absorbieron un mínimo 80 micromoles de espermedina por día mostraban un
riesgo significativamente menor de morir en el período de observación, de 20
años.
Además de los ya conocidos efectos de
la espermidina en procesos relacionados con la edad, “ahora podemos confirmar,
por primera vez, su papel como factor independiente que influye en la vida útil
también en los seres humanos”, apuntan.
Los resultados del estudio, llevados
a cabo junto a investigadores de Graz (Austria), Londres y París, se acaba de
publicar en la revista American Journal of Clinical Nutrition (AJCN).
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