Un ataque suicida mató
al menos a 30 personas cerca de un centro electoral mientras los pakistaníes
votaban el miércoles en unas apretadas elecciones que enfrentan al héroe
nacional del críquet Imran Khan contra el partido del encarcelado ex primer
ministro Nawaz Sharif.
La información la
publica la agencia de noticias Reuters y
la destaca TiempoNotiRD.
El grupo Estado Islámico reivindicó el
ataque en la ciudad occidental de Quetta, donde, según fuentes de seguridad, el
atacante condujo su motocicleta contra un vehículo policial.
Un portavoz del hospital dijo
que 30 personas murieron y otras 35 resultaron heridas en el ataque, que según
un testigo de Reuters ocurrió cerca de un centro de votación en Quetta, la
capital de la provincia de Baluchistán.
A principios de este mes,
otro atentado suicida dejó 149 muertos en un mitin electoral en la localidad de
Mastung, en la provincia de Baluchistán. Ese ataque también fue reivindicado
por militantes del Estado Islámico.
Alrededor de 371.000 soldados
han estado acuartelados en los colegios electorales en todo el país para
prevenir ataques, casi cinco veces el número desplegado en las últimas
elecciones en 2013.
Según las últimas encuestas
de opinión, ni Khan ni Sharif obtendrán una mayoría clara en las elecciones.
Khan se ha situado como
favorito, con escasa ventaja, en las encuestas de opinión, pero es probable que
la polarizada carrera electoral se decida en el Punyab, la provincia más
poblada del país, donde el partido de Sharif ha mantenido su liderazgo en
encuestas recientes.
La elección ha estado plagada
de acusaciones de que las poderosas fuerzas armadas han intentado inclinar la
carrera a favor de Khan después de enemistarse con el partido gobernante
saliente de Sharif, quien fue encarcelado acusado de corrupción este mes.
Cerca de 106 millones de
personas están llamadas a votar en unas urnas que cerrarán a las 6 pm hora
local (1300 GMT). El ganador debe ser conocido alrededor de las 2 a.m. del
jueves.
Cualquiera que sea el partido
que gane, se enfrentará a una incipiente crisis económica, un empeoramiento de
las relaciones con Estados Unidos y una creciente escasez de agua en el país.
Khan, un cruzado
anticorrupción, prometió un “Estado de bienestar islámico” y lanzó una campaña
populista que ha presentado como una batalla para derrocar a una elite política
depredadora que obstaculiza el desarrollo de la empobrecida nación musulmana de
208 millones de habitantes, donde la tasa de analfabetismo supera el 40 por
ciento.
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