Alcaldia de Santiago

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domingo, 1 de mayo de 2022

Día Internacional de los Trabajadores

 


Por: María Hernández



Este primero de mayo se recuerda a nivel internacional la lucha que han librado los trabajadores para mejorar sus niveles de vida y que han obtenido, en parte, por la tenacidad de grupos que han ofrendado su vida, como mártires, para lograr los objetivos planificados. 

La historia del primero de mayo, como Día Internacional de los Trabajadores, se remonta a ese día, pero,  en el año 1886  cuando empleados de una fábrica de Chicago, Estados Unidos, entraron en huelga para que escucharan sus peticiones de trabajos más justos y que tuvieran jornadas de trabajo de 8 horas y otras condiciones para poder desempeñar mejor sus labores. Luego de tres días de protestas se detonó un explosivo en la estación del personal de seguridad de esa ciudad en donde más de 300 personas incluyendo trabajadores y policías fallecieron y otros resultaron heridos.

En 1889, luego de 3 años de la tragedia de los mártires de Chicago, se realizaba en París, Francia, El Congreso Obrero Socialista Internacional y en ese evento se declaró que el primer día de mayo se retomaría el hecho ocurrido como memoria social en la mayoría de los países del Planeta.

Los trabajadores de la República Dominicana y del mundo reciben otro año de celebración con muchas contrariedades en el desempeño de sus funciones, pero también con logros que han conquistado a fuerza de sacrificios y hasta derramamiento de sangre que ha terminado en decesos y lesionados y en el caso de estos últimos con sus vidas transformadas y sin posibilidad de retomar de nuevo su actividad laboral por causas que han sido provocadas en los mismos puestos de trabajo.

El caso más reciente, en nuestro país, es el de varios trabajadores de la comunicación que perdieron la vida en su lugar de trabajo, el Canal del Sol, mientras realizaban su tarea diaria, por un fuego que se produjo en las instalaciones del canal y que todavía se investiga.

Periodistas a nivel global han perdido la vida de manera accidental mientras trabajaban, pero a otros les ha sido arrebatada la vida de manera violenta y podemos poner el caso de los trabajadores de la comunicación en México que realizan su labor bajo fuego y que terminan, como ha sucedido con más de 8 periodistas fallecidos  este año  sin que su gobierno  pueda dar una respuesta contundente al respecto. Lo mismo sucede en Nicaragua donde varios medios de comunicación han sido cerrados y sus ejecutivos encerrados, por cuestiones políticas, según denuncias. En Ucrania, en lo que va de guerra han fallecido varios periodistas de distintos países.

En nuestro país todos recuerdan la manera vil en que asesinaron a los periodistas Gregorio García Castro ( Goyito) el 28 de marzo de 1973, Orlando Martínez el 17 de marzo de 1975,  y la desaparición del periodista y catedrático universitario Narciso González el 26 de mayo de 1994, que hasta hoy permanece sin aclarar de manera definitiva.

Además, la pandemia del Covid-19 se llevó a 41 periodistas dominicanos  que trabajaban en distintos medios de comunicación de los cuales 32 murieron en 2020 y 9 en el 2021, datos que fueron recopilados por el periodista Oscar López Reyes, de acuerdo a un escrito del periódico Diario Libre.

Las voces de trabajadores de diferentes ramas se intentan acallar de distintas formas, pero siempre surgen nuevos representantes que mantienen en pie la lucha por mejores niveles de vida y que han obtenido grandes resultados que benefician a todos. Médicos, profesores, ingenieros, bioanalistas, abogados, periodistas, locutores, informáticos, entre otros profesionales, se han agrupado para exigir de manera colectiva lo que por ley les corresponde.

Una lucha que lleva años, en nuestro país, es el reclamo de miles de trabajadores para que se les devuelvan los fondos de pensiones que mantiene retenidos la  Asociación Dominicana de Fondos de Pensiones ( ADAFP) . Es un dinero que se le descuenta a los trabajadores a diferentes escalas, de manera obligatoria, y que no ha habido forma de que regresen a los bolsillos de los propietarios si no es en la invalidez y en la muerte. El Estado debe asumir su responsabilidad en este sentido y revisar las leyes, a ver de qué manera se cambia esa política que solo va en desmedro de los trabajadores de los sectores públicos y privados.

Otro maltrato hacia la clase trabajadora en la República Dominicana ha sido el despido de más cientos de miles de trabajadores, muchos de los cuales todavía no han recibido sus prestaciones laborales, en medio de una pandemia que sigue causando muertos y lesionados a nivel global y que en el país parece que ya ha pasado y en donde se han desmontado todos los protocolos sanitarios hasta en los aeropuertos en donde no se necesitan pruebas anti Covid-19, ni para entrar ni para salir de nuestro territorio.

De su lado, las trabajadoras domésticas han recibido una nueva motivación para que sus patronos les mejoren las condiciones de trabajado con una Ley. De acuerdo a datos del Banco Central en la Encuesta Nacional de Fuerza de Trabajo para septiembre de 2021 las mujeres domésticas en nuestro país sumaban 239 mil veintidós y los del sexo masculino 20 mil doscientos dieciséis, con lo que totalizaban 259 mil 239 trabajadores aproximadamente.

En ese sentido, el Ministerio de de Trabajo de la República Dominicana ha establecido un borrador de Resolución en donde describe que la jornada del trabajo doméstico no podrá ser mayor a las 8 horas, ni mayor a las 44 horas semanales y que deben tener entre jornada y jornada un descanso obligatorio de no menos de 9 horas. El salario de estos trabajadores no podrá ser inferior al mínimo para ese sector que dicte el Comité Nacional de Salarios y también se aplicarán los artículos del 177 al 191 del Código de Trabajo, en lo referente a las vacaciones. En la práctica la realidad es que la necesidad de trabajo de estas personas las lleva a someterse al horario que les imponga el jefe y se quedan callados para no perder su trabajo.

Mientras, los trabajadores de la salud amenazan con huelgas nuevamente. Los médicos que pertenecen al Colegio Médico Dominicano han anunciado que se  lanzarán  a las calles, dejando solos los hospitales, únicamente con atención en las emergencias, en reclamo de aumento salarial. También los maestros agrupados en la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) continúan reclamando, mediante amenazas de paros, mejores condiciones salariales y de trabajo así como la reposición de técnicos cancelados.

Trabajadores que se mantienen ilegales en muchos países, como el nuestro, soportan las más grandes injusticias de sus superiores que los ponen a hacer los trabajos y luego no les quieren pagar, un caso que se produce con frecuencia con obreros de nacionalidad haitiana.

Las diferencias de sexos  influye al momento de cotizar los trabajos de hombres y mujeres. Según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE) en 2021 la República Dominicana tenía una población de 10,535,535 habitantes y de ellos 5,259,642, es decir el 49.9% eran hombres y 5,275,893 (50.7%) correspondían a las mujeres, que a pesar de ser mayoría en el ámbito laboral, continúan siendo las peor pagadas.

Esa misma institución proyecta que para  el 2030 la población subirá en un 7.7%  con una población estimada de 11,253,284 personas.

Para ese mismo año 2030, datos de la  Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), de 2018, pronostican que el 87% de  los habitantes de la República Dominicana vivirá en las zonas urbanas y que solo el 13% habitará en las zonas rurales lo que representaría una relativa mejoría para los trabajadores y sus familiares.

Cifras de 2021 de la Organización de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) revelan que de acuerdo a la encuesta ENHOGAR MICS 2014 para ese año la cifra de trabajo infantil en nuestro país era 12.8 % de una población entre 5 y 17 años y señalan que son las cifras más recientes con que cuentan. Mientras, instituciones como World Vision reseñan en 2022 que el 36% de los niños entre 12 y 15 años es impactado por el trabajo infantil. De acuerdo con datos de   esa institución de 2021, en nuestro país existen 850 mil jóvenes que ni estudian ni trabajan.

La República Dominicana debe invertir en la calidad de vida de los trabajadores que se traduce en mejoría de la vida de los miembros de la familia de cada trabajador. Los empleadores deben revisar el historial de las empresas que en nuestro país han progresado, tanto en el sector público como en el privado y se darán cuenta que la estabilidad que se brinde al trabajador, conjuntamente con un buen pago y seguro médico son una garantía para el desarrollo y ´productividad de cada empresa o institución de la que el mismo forme parte.










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