La libertad de expresión que Elon Musk promete en Twitter no es una tarea sencilla
“La libertad de expresión es la base de una democracia funcional, y Twitter es la plaza pública digital donde se debaten asuntos vitales para el futuro de la humanidad”, afirmó Musk en un comunicado que anunciaba el acuerdo.
Musk se unirá a un reducido grupo de ejecutivos que tienen un gran poder en limitar o expandir el discurso global.
La información la publican medios como The New York Times y la resalta TiempoNotiRD.
Hace una década, algunos ejecutivos de Twitter, incluido Dick Costolo, el director ejecutivo de ese entonces, declararon que la red social era “el ala a favor de la libertad de expresión del partido por la libertad de expresión”. La postura significaba que Twitter defendería la capacidad de la gente de publicar todo lo que quisiera y de ser escuchada por el mundo.
Desde aquella fecha, Twitter ha sido arrastrado a los pantanos de los traficantes de la desinformación, del abuso gubernamental de las redes sociales para incitar a la violencia étnica y de las amenazas de funcionarios electos de encarcelar a empleados por tuits que no les gustaron. Al igual que Facebook, YouTube y otras compañías de internet, Twitter se vio obligada a transformarse de defensora férrea de la libertad de expresión a niñera del discurso público.
En la actualidad, Twitter tiene muchas páginas de reglas que prohíben contenido como material que promueva la explotación sexual infantil, la propaganda gubernamental coordinada, ofertas de bienes falsificados y "desear que alguien sufra un accidente grave" en un tuit.
Los últimos diez años han sido testigos de repetidas confrontaciones entre los principios nobles de la generación fundadora de compañías de redes sociales de Silicon Valley y la realidad complicada de un mundo en el que “libertad de expresión” significa cosas diferentes para cada persona. Ahora, Elon Musk, quien el lunes llegó a un acuerdo para comprar Twitter por casi 44.000 millones de dólares, forma parte directa de esa tensa historia.
Desde su fundación en 2006, las generaciones sucesivas de líderes de Twitter han aprendido lo que Mark Zuckerberg (uno de los cofundadores de Facebook) y la mayoría de los ejecutivos de internet también han descubierto: declarar que "los tuits deben fluir", tal como lo escribió en 2011 uno de los fundadores de Twitter, Biz Stone, o declarar “creo en darle voz a la gente”, como dijo Zuckerberg en un discurso de 2019, es fácil de decir pero difícil de cumplir.
El acuerdo de Musk para comprar Twitter pone al combativo multimillonario, quien también es director ejecutivo de Tesla y SpaceX, en el centro candente del debate global sobre la libertad de expresión. Musk no ha sido específico sobre cuáles serán sus planes cuando se convierta en el propietario de Twitter, pero en el pasado se enfureció cuando la compañía eliminó publicaciones y prohibió el acceso a ciertos usuarios y opinó que Twitter debía ser un refugio para la expresión sin restricciones dentro de los límites de la ley.
El pasado lunes, 25 de abril 2022, Elon Musk anunció oficialmente que compraba Twitter. Una operación de 44.000 millones de dólares que se encuentra entre las adquisiciones más caras de la historia.
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