Alcaldia de Santiago

Alcaldia de Santiago

sábado, 25 de agosto de 2018

San Luis, del ingenio Ozama al ITSC







Este sábado 25 de agosto la Iglesia Católica dedica su santoral a San  Luis Rey de Francia en  conmemoración del 748 aniversario de la muerte de este bondadoso monarca que gobernó la Francia medieval como Luis IX entre 1227 y 1270, razón por la cual el sector que lleva su nombre en  Santo Domingo Este celebra sus fiestas patronales con un despliegue de actividades culturales en donde se expresa la diversidad propia del mestizaje caribeño y, de manera particular, las emanadas del encuentro interracial de la industria azucarera.
La información la envía a TiempoNotiRD el periodista José Valdez, comunicador y magister en historia aplicada a la educación.
El sector de San Luis es una comunidad formada esencialmente por ex trabajadores de la industria de la sacarosa que emigraron a este espacio geográfico en las últimas décadas del siglo XIX con el objetivo de participar en el quehacer relacionado con el trapiche fundado por el empresario italiano Luis Cambiaso en 1876.
El surgimiento de esta localidad lo explica un informe de la Junta Municipal de San Luis que indica que “los orígenes de San Luís están vinculados con el desarrollo de la industria azucarera y remontan hacia finales de la década de 1850, con la llegada de los hermanos Cambiazo (uno de los cuales llevaba por nombre Luis) a esta comunidad a la que dieron por nombre San Luis, ya para el 1881, los Cambiazo habían instalado un ingenio de nombre San Luis que contaba con 2400 tareas cultivadas de caña y 4600, tareas por cultivar”.
El ingenio fue construido por La Casa Hermanos Cambiazo y quedó bajo la dirección de Don Luis Cambiazo y de inmediato aparecen los inmigrantes que forman una laboriosa comunidad a su alrededor.
En la comunidad hay consenso en que entre sus primeros habitantes se encuentran las familias Guillot, Richard, Leonard, Fransuá, Meli Espíritu, cambiazo, Cambiazo Nova, Madera y Madera Seglise, esta crece rápidamente, por medio de migrantes dominicanos y extranjeros que llegaban al sector en busca de oportunidades laborales, debido al gran éxito del trapiche que, en poco tiempo, se convierte en ingenio y más tarde en central azucarero.
El testimonio de la pronta conversión en central la ofrece Héctor Cuevas en su obra “el azúcar se ahogó en la melaza” cuando afirma que “Cuatro de los nuevos ingenios eran “centrales”, que recibían caña exclusivamente de los colonos, a saber, “San Luis”, hoy ingenio Ozama, fundado en 1881 por los hermanos Cambiazo, con siete mil tareas dividida entre diez colonos; San Isidro que operó hasta 1930, cuando fue destruido por el ciclón de San Zenón, propiedad de Hatton y Hernández, fundado también en 1981, con 4,290 tareas cultivadas y 12 colonos; “Duquesa”, donde funciona hoy el famoso vertedero de basura de la Capital, fundado en 1882 en La Isabela, propiedad de Alexander Bass y Von Krosigh, de 6000 tareas; y el central “Ocoa” de I. Heredia y Cia., en Palmar de Ocoa, común de Baní, fundado en 1882, con tres mil tareas y quince colonos.”
Sobre el nombre de la comunidad se tejen dos versiones, una que señala que se debe a San Luís Rey de Francia, en tanto que la otra precisa que fue en honor al fundador del ingenio San Luis, el señor Luis Cambiaso y que el nombre en honor a San Luis Rey de Francia lo tiene de manera exclusiva y particular la iglesia católica, luego de convertirse en demarcación parroquial.
 La educadora Clara Estela Mesa, directora del liceo nocturno Tomás Almonte Polanco, anteriormente liceo secundario San Luis, nos asegura que los fundadores de San Luís son los Hermanos Cambiaso, fundadores del trapiche San Luis.
Afirma la maestra que “en la familia Cambiaso se distinguió uno de los hermanos llamado Luis Cambiaso, el cual era muy luchador, humanitario y colaborador en las soluciones de los problemas de la comunidad, el señor Cambiaso murió en 1885, hecho que consternó a todas las personas del lugar,   por lo que sus habitantes decidieron honrarlo, al ingenio Ozama por el de Batey San Luis”.
En tanto que el dirigente comunitario y religioso Aníbal José nos dice que ciertamente la capilla de la iglesia católica recibía el nombre de San Rafael, Pero luego de convertirse en parroquia y en honor a al regalo de una imagen de San Luis Rey de Francia hecho a la a esta entidad se le cambió el nombre al organismo parroquial.
En lo que todos los documentos y versiones coinciden es en que el poblado San Luis surge luego de que los hermanos Cambiaso fundaran el trapiche, que este era administrado por Luis Cambiaso y que esta unidad económica fue la que atrajo a las familias que se organizaron en comunidad en su entorno.
La junta de Distrito de San Luis dice en la página 25 de su Plan de Desarrollo 2015-20209, publicado en febrero del 2015, que “El nombre San Luis viene de un Rey en Francia con alto sentido de humildad y ayuda a los más necesitados que le llamaron San Luis, de ahí también viene el nombre de la Iglesia Católica”.
En otro informe publicado el 27 de febrero del 20 17 la Junta municipal dice que “a esta comunidad a la que dieron por nombre San Luis, ya para el 1881, los Cambiazo habían instalado un ingenio de nombre San Luis que contaba con 2400 tareas cultivadas de caña y 4600, tareas por cultivar.
Posteriormente cuando la iglesia católica empieza su labor eclesiástica en esta comunidad atribuyó este nombre a San Luis, rey de Francia, por lo que cada 25 de agosto se celebran fiestas patronales en su honor”.

Desarrollo de la población de San Luís
La población se fue incrementando en el transcurso del tiempo y en la medida en que el crecimiento de su central atraía más actividades económicas desde fuerzas de trabajos de diferentes niveles hasta personas que desarrollaban actividades colaterales a la actividad económica principal que era la siembra de caña y la fabricación de azúcar.
De esta forma indica la Junta Distrital que, En el año 1895, se incrementa la llegada de los pobladores a San Luis y se desarrolló a un alto nivel el acondicionamiento del lugar.
En este proceso de crecimiento de San Luis surgen diversos sectores entre ellos los barracones, y bateyes para trabajadores construido por el Central, además del sector de las casas grandes, lugar en donde residían los funcionarios del central azucarero.
Entre los sectores que fueron surgiendo al calor de la industria azucarera en San Luis se destacan Bateyes del Ozama, El Naranjo, Mata Mamón, San Joaquín, Culata, La Ceiba, Reventón, San Juan, Mata los Indios y Cortebolo.
Informa el profesor Mariano Cuello Ozuna, autor del libro “Historia e incidencia del ingenio Ozama y Nostalgia” publicado en el 2017, que los bateyes son los asentamientos de los trabajadores de la industria azucarera. Estos se formaron en lugares rurales con viviendas que representaban la pobreza.
La influencia de las plantaciones en la sociedad la plantea claramente el historiador cubano de alto prestigio internacional doctor Manuel Ramón Moreno Fraginals en su obra histórica “El Ingenio: complejo económico social cubano del azúcar” cuando afirma que “El azúcar, en su desarrollo creciente, conformó una serie de fenómenos políticos, sociales, religiosos, culturales, etc., que generalmente han sido evaluados como hechos autónomos, sin insertarlos en la estructura productiva”.
En San Luís no sólo conformó estos fenómenos, sino que conformó la misma comunidad y todas sus características.
La industria azucarera ha sido un elemento de transformación social, económica y cultural en todo el país, pero en lugares como San Luis fue, más que de transformación, de creación. Esta comunidad no existía y surge al calor del ingenio, con la característica principal de que es una colectividad de migrantes en busca de mejores condiciones de vida, por tanto, una comunidad de gente trabajadora.
Además, se forma una comunidad de migrantes de diferentes regiones del país y de diferentes países que llegan atraídos por las actividades alrededor de la elaboración del dulce.
La industria azucarera en San Luis surge como trapiche en 1876, ya para 1881 es ingenio, pero no solo es ingenio, sino que como afirmaba Héctor Cuevas en “El Azúcar se Ahogó en la Melaza” en su primera etapa fue uno de los cuatro primeros centrales azucarero con una red de colonos produciendo caña para su molino.
El ingenio ubicado en San Luis tuvo una vida útil y productiva de más de 120 años en los que paso por las manos de varios propietarios entre ellos la Casa Hermanos Cambiaso, a la familia Michelena, de donde pasa al The Royal Bank of Canadá, luego en 1953 mediante un proceso de supuesta nacionalización es adquirido por el dictador Rafael L Trujillo, y luego de su muerte pasa a ser propiedad del Estado Dominicana, por medio de la Ley de Saneamiento, la 6106 del 14 de noviembre de 1962.
Con la creación del Consejo Estatal del Azúcar (CEA), mediante la Ley número siete, del 19 de agosto de 1966, el Ozama, al igual que los demás ingenios del Estado pasaron a formar partes de este organismo.
Entre de los aspectos que explican el constante crecimiento del trapiche San Luís, ingenio Ozama a partir de 1890 (lo que muchos ven como fecha de fundación), se destacan la incorporación de tecnología y mejora en la siembra, pero fue determinante el proceso de expansión.
El dirigente comunitario Rubén Hernández indica que en sus inicios el ingenio disponía “de unas 7,536 hectáreas aptas para el cultivo de caña de azúcar y 1,005 hectáreas de potreros. Su capacidad de molienda nominal es de unas 4,000 toneladas cortas por día, pero su capacidad operativa actual es de 3,000 toneladas cortas por día. El 40% de la caña que procesa es de administración y el 60% restante es suministrado por los colonos. Para el transporte de caña cuenta con 96 kms de vías férreas”.
La extensión del área de producción de cañas para el ingenio se debió a la desaparición de varios ingenios y trapiches que se fundaron en las localidades aledañas y desaparecieron y a partir de ahí sus tierras ampliaban el campo de caña de este central azucarero.
Todos los entrevistados coinciden en que las relaciones de la comunidad fueron excelentes. Que entre ambos había una relación de dependencia vital.
El licenciado Alfredo Martínez, El Cañero, afirma que, gracias al central, esta comunidad era altamente productiva y que los aportes al desarrollo comunitarios no sólo fueron en lo económico, sino también en cultura, deporte, educación, salud y relaciones sociales.
Un ejemplo de la calidad del aporte del ingenio a la comunidad lo presenta el dirigente deportivo Freddy Antonio Paulino cuando precisa que crearon centros de diferente deporte, financiaban los clubes y promovían las competencias. Fruto de esta activa militante y colaborativa participación, la comunidad cuenta con varios peloteros de grandes ligas, entre los que se destacan Félix José y Pablo de León.
   El exdirigente sindical del CEA y asistente de ingeniería eléctrica del Ingenio Ozama, Ambrosio Céspedes, recuerda que la relación ingenio comunidad era tan buena que, en la temporada muerta, el ingenio autorizaba a algunos comerciantes, como es el caso de Don Augusto Saviñón, para que fiaran la comida a los trabajadores que cesaban con el compromiso de que estos serían descontados de la nómina en la temporada de Zafra.

Impacto del Cierre del Ingenio Ozama y nuevas alternativas
El ingenio se mantiene activo hasta 1998, momento a partir del cual, según explica Martínez, se combinan la destrucción provocada a sus instalaciones por el ciclón George, y la política de capitalización, pero que, en el caso del Ozama, ningún inversionista se interesó.
Advierte que a pesar de las grandes inversiones hecha por el gobierno en el sector entre se destaca la construcción de siete escuelas y la fundación en este territorio del Instituto Técnico Superior Comunitario, la población de San Luís no tiene en su localidad los medios para conseguir su sustento.
Todos los comunitarios entrevistados coinciden en que a San Luis le faltan medios de producción que generen empleos y riquezas, precisó el entrevistado, que coincidió con la mayoría de los que informaron sobre la situación de esta comunidad a partir de la caída de su ingenio.
Nos informan algunos entrevistados que la desaparición del Ingenio Ozama sumergió la población de San Luis en el abandono y la Miseria. Los más jóvenes pudieron reciclarse y buscar otras opciones laborales, pero los mayores se tuvieron que resignar a la triste realidad de recibir una liquidación que pronto fue absorbida por la crisis y luchar por una pobre pensión, que aunque muchos la han logrados otros se fueron a la tumba sin recibirla, como cuenta Gabriel García Márquez en “el coronel no tiene quien le escriba”.
            San Luis pasa de ser un sector productor de empleo y riquezas mediante su Ingenio Ozama a una comunidad marginada en el desempleo en la que surge como un oasis salvador el Instituto Técnico Superior Comunitario, quien se encarga de la formación técnica superior de sus jóvenes, pero aún queda por resolver el problema de los empleos a lo interno de la demarcación.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario