Emmerson Mnangagwa juró como
presidente de Zimbabue frente a una multitud en un estadio este domingo después
de unas elecciones polémicas, mientras los observadores estadounidenses de los
comicios criticaron la ausencia de una cultura democrática en el país.
El Tribunal Constitucional confirmó el
viernes a Mnangagwa como presidente, desestimando el recurso del líder de la
oposición Nelson Chamisa, al que derrotó en la votación del 30 de julio.
La información la publica la agencia de noticias Reuters y la destaca TiempoNotiRD.
Miles de personas, algunas
llegadas desde fuera de la capital, y líderes extranjeros se reunieron en el
estadio nacional de Harare para la juramentación del cargo de Mnangagwa, que
apenas superó el 50 por ciento de los votos necesarios para evitar una segunda
vuelta contra Chamisa.
Tomó posesión de su cargo
ante el juez principal Luke Malaba, quien junto con otros ocho jueces del
Tribunal Constitucional habían desestimado la petición de Chamisa.
Las elecciones se presentaron
como una oportunidad para deshacerse de la mala reputación del país bajo el
predecesor de Mnangagwa, Robert Mugabe, y para asegurar fondos de donantes
internacionales con el fin de reavivar una economía estancada.
Sin embargo, antes de la toma de
posesión de Mnangagwa, el Instituto Republicano Internacional y el Instituto
Nacional Demócrata dijeron que el país carecía de una “cultura democrática
tolerante” en la que los partidos políticos recibieran el mismo trato y se les
permitiera votar libremente.
Las elecciones se vieron
empañadas por fallos en los procedimientos y tras los comicios se produjo una
ofensiva del ejército contra los partidarios de la oposición, socavando las
promesas que Mnangagwa hizo durante la campaña de acabar con la corrupción y la
mala gestión que se habían vuelto endémicas bajo Mugabe.
La represión, que dejó seis
personas muertas el 1 de agosto, recordó la mano dura que marcó el gobierno de
37 años de Mugabe, quien fue destituido en un golpe de Estado en noviembre.
Los observadores
estadounidenses también instaron a “todas las partes a confiar en la expresión
pacífica y evitar actos o amenazas de represalias contra rivales políticos a
raíz de la decisión del Tribunal Constitucional”.
Washington ha mantenido las
sanciones financieras y las prohibiciones de viaje para altos funcionarios del
partido gobernante, incluidos Mnangagwa, así como a algunas empresas estatales.
El apoyo de Washington es clave para que Zimbabue obtenga fondos del Fondo Monetario
Internacional.
La Unión Europea, por su
parte, ha eliminado progresivamente las sanciones y solo se mantienen vigentes
para Mugabe y su esposa Grace.
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