En 1994,
la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 17 de junio como el Día
Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía.
Este día marca el aniversario de la adopción de la Convención
de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación.
La
información la publica fundacionaquae.org,
es.zenit.org
y la resalta TiempoNotiRD.
La desertificación, esto es, la degradación de los suelos
hacia zonas áridas, e incluso desiertos resultantes de las actividades humanas,
entre ellas el cambio climático, afecta aproximadamente a la sexta parte de la
población mundial, al 70% de todas las tierras secas, equivalente a 3.600
millones de hectáreas, y a la cuarta parte de la superficie total de tierras
del mundo.
En los
últimos meses la sequía, en la República Dominicana, ha afectado cuatro
acueductos en Santo Domingo, lo que ha provocado que la producción de agua
bajara en algunos días de 440 millones de galones diario a 369 millones.
Zenit: Seminario
internacional sobre la sequía y la agricultura
(ZENIT - Mons.
Fernando Chica Arellano, Observador Permanente de la Santa Sede en la sede de
la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura
(FAO), intervino este lunes, 17 de junio de 2019, en dicha institución con
motivo del Día Mundial contra la desertificación y la sequía durante el II
Seminario internacional sobre la sequía y la agricultura.
El discurso del representantes vaticano fue
titulado: Contando los cultivos y las
gotas: construyamos el futuro juntos. En él, Mons. Chica Arellano
habló sobre los efectos de la sequía y señaló que “no pueden ser silenciados”,
ya que repercuten en palmarias crisis alimentarias y hambrunas que por
desgracia producen numerosas víctimas entre las personas más vulnerables de
diferentes partes del mundo.
En ese contexto, indicó que es “ineludible”
emprender algunas medidas preventivas. Para combatir la sequía y la desertificación
–aclaró– las herramientas de monitoreo son cada vez más indispensables junto
con inversiones inteligentes con el fin de proteger a la comunidad.
En esto, “la tecnología puede jugar un
papel importante”, señaló. “Los oradores que me han precedido en el uso de la
palabra han resaltado, con gran lucidez, cómo los satélites de observación de
la Tierra pueden contribuir, desde el espacio, al monitoreo del territorio y a
la prevención de desastres naturales”, explicó. Del mismo modo, “el portal de
libre acceso de productividad del agua (WaPOR),
elaborado por la FAO, puede ayudar a predecir las olas de sequía y permitir que
las poblaciones locales se preparen para enfrentar y superar las crisis”.
Asimismo, el Observador de la Santa Sede en
la FAO enumeró algunas buenas experiencias de seguros agrarios, “desarrollados
y apoyados por los gobiernos en colaboración con iniciativas privadas, que
proporcionan coberturas de sequía a los productores o permiten a los gobiernos
enfrentar adecuadamente la eventualidad de hacer grandes desembolsos para
auxiliar a las personas que sufren sequías extremas”, indicó.
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