Por: María Hernández
Como si estuviéramos observando escenas de países en conflictos sumidos en la guerra, la República Dominicana llora la muerte de gente inocente que como cada día se encontraba en su lugar de trabajo, de compra en una tienda que colapsó o sencillamente pasaba por una de las calles cercanas a donde este lunes 14 de agosto varias infraestructuras se vieron seriamente afectadas por una explosión que produjo un interminable incendio que todavía la noche de este martes no se había apagado.
Hay que destacar la labor intensa de los Cuerpos de Bomberos y otras instituciones de socorro como la Defensa Civil, Cruz Roja, Salud Pública, Obras Públicas, Policía Nacional, Ministerio de Defensa, con todas sus dependencias, entre otras entidades de socorro de nuestro país, además del trabajo profesional que hicieron muchos medios de comunicación de nuestro país.
Las autoridades dicen que no ha habido tiempo de investigar las causas del mortal incendio del que aún sacan cuerpos con graves quemaduras, a tal punto que no es posible determinar si se trata de hombres o mujeres o si las partes encontradas corresponden a una misma persona o son de individuos diferentes.Tampoco se conoce la nacionalidad de muchos de ellos, ahora sin posibilidad de reconocer.
Hasta el momento se han confirmado 27 personas fallecidas y más de 59 heridos con quemaduras de distintos grados, algunos de los cuales han sido despachados hacia sus hogares mientras otros permanecen en hospitales como La Ciudad Sanitaria Luis Eduardo Aybar o en el Dr. Ney Arias Lora, especializados en el cuidado de los pacientes quemados.
Se recuerda que una de las primeras víctimas fatales que se dieron a conocer el primer día de la explosión en San Cristóbal fue la muerte de un bebé de apenas cuatro meses del cual no se tienen claras las circunstancias en que murió o quiénes les acompañaban.
Además, el primer día de la explosión se expusieron por más de cuatro horas en las vías y sin la intervención de un médico legista los cuerpos de dos de los muertos que fueron de los primeros en caer por esa zona, entre ellos una joven que trabajaba en el banco cercano a la empresa en donde se detonó el incendio.
La solidaridad es un factor que se ha hecho presente en este momento tan difícil con la integración de médicos y enfermeras que se han puesto a disposición de las autoridades para ofrecer sus servicios de manera desinteresada a la población, de algunas organizaciones políticas de la oposición.
Otros grupos humanitarios reúnen agua, leches, Hielo y bebidas energizantes para ayudar a los equipos de emergencia que están trabajando en la zona cero en la provincia de San Cristóbal donde ocurrió la mortal explosión el lunes 14 de agosto de 2023, fecha que recordarán los dominicanos como una de las catástrofes no naturales más devastadoras en la historia de esa productora provincia. Hacen el llamado a apoyar mediante promociones en los medios de comunicación y redes sociales.
Narran algunos testigos que el estruendo de la explosión fue tan fuerte que algunos residentes a dos kilómetros del lugar dijeron que el ruido que se produjo en la zona cercana a su hogar parecía lo que se escucha cuando surge, de manera abrupta, un sismo o terremoto.
También, dos bomberos que tenían muchas horas tratando de sofocar la explosión en el lugar han tenido que ser asistidos por los médicos por la inhalación de gases que salían de la fábrica siniestrada, de acuerdo al director del Centro de Operaciones y Emergencia (COE), Juan Manuel Méndez, quien informó el martes que esos agentes del Cuerpo de Bomberos fueron afectados por el humo de la explosión, como lo revela en un escrito el medio periodístico RNN.
Se informó a los medios que la intensidad del fuego, que al parecer, había cedido se incrementó en horas de la tarde- noche del martes 15 de agosto.
Las oraciones se multiplican en cadena por los decenas de quemados que se encuentran en condiciones críticas, muchos de los cuales tienen afectado por las quemaduras hasta el 95% de su cuerpo.
Consuelo a los familiares por las víctimas fatales de esta tragedia y confiados en Dios para que se controle todo el entorno en donde inició la explosión y así la calma y la seguridad vuelvan a reinar en todos los residentes en esa importante provincia de nuestro país.
Que las autoridades inviertan los recursos suficientes locales, y en el ámbito internacional, solicitando ayuda a los países que, por tradición tienen especialidades en este tipo de catástrofes que de manera rápida arrasan con la vida y bienes de las personas.
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