Por: María Hernández
En la República Dominicana, entre el domingo 6 de agosto y la madrugada del lunes 7, dieciseis personas fallecieron en dos accidentes de tránsito que todavía se investigan. Trece en un accidente que involucró a ciudadanos del vecino Haití, en Mao, Valverde y otro en que se vieron afectadas tres personas en la Autopista Duarte, cerca de La Vega.
En el accidente en que murieron las trece personas de nacionalidad haitiana, se encontraban dos menores de edad, que también perdieron la vida al deslizarse el vehículo en que se transportaban y caer en un canal de riego, en el paraje Peñuela, municipio de Esperanza, en Valverde.
De acuerdo a medios de comunicación como El Nacional se presume que se trataba de un traficante porque, hasta este momento, los cadáveres de los nacionales haitianos no han sido identificados con ningún documento que acredite su estadía legal en el país.
Mientras, en otro desafortunado suceso, tres jóvenes perdieron la vida y una persona resultó herida en un accidente de tránsito que ocurrió el domingo en la noche en la autopista Duarte, en el tramo El Pinito de Pontón, en la provincia de La Vega luego de que chocaran los vehículos en que viajaban, como lo publicaron medios como Antena 7.
Desde hace algún tiempo, la ciudadanía reclama porque el tema de los accidentes de tránsito sea declarado de emergencia nacional, en especial en los puntos críticos de carreteras tan transitadas e importantes como la Autopista Duarte en donde los accidentes no se detienen a cualquier hora del día.
En una nación en donde se respeten los derechos humanos, las vías son seguras y es muy raro cuando suceden accidentes de tránsito, porque todo está planificado para que tanto conductores como peatones regresen sanos a sus hogares después de hacer uso de las calles, avenidas, autopistas y carreteras.
El gobierno debe reunirse de manera urgente con todos los sectores que tienen que ver con el transporte para consensuar planes a corto, mediano y largo plazo para mejorar el desplazamiento de los ciudadanos por las diferentes vías del territorio nacional.
El Estado tiene que garantizar la seguridad vial, como parte de la seguridad de la nación misma. No es posible que a diario los medios de comunicación y redes sociales tengan que hacerse eco de hechos trágicos en nuestras inseguras vías, la mayoría de las cuales no cuentan con iluminación, señalización, barandas de protección y se encuentran llenas de hoyos lo que dificulta el desplazamiento con normalidad de los vehículos y pueden terminar en accidentes de tránsito de gravedad.
Los vehículos de asistencia vial que en otras gestiones se mantenían en las vías para socorrer a los conductores han desaparecido de las zonas urbanas y rurales dejando en el abandono y sin opciones de apoyo a los choferes que hacen uso de las infraestructuras viales para dirigirse a diferentes destinos tanto en el día como en la noche.
Una supervisión de las vías y el mantenimiento de los agentes de la Dirección General de Seguridad y Transporte Terrestre (Digesett) en las áreas críticas ya determinadas por las autoridades por la gran cantidad de accidentes que ocurren puede reducir la cantidad alarmante de accidentes que nos siguen colocando a nivel regional y mundial como el país en donde más vidas se quedan en las calles por descuido de las autoridades y en otros casos por irresponsabilidad de quienes manejan.
La información la publica Vanguardia del Pueblo en su portal https://vanguardiadelpueblo.do/2023/08/dieciseis-personas-pierden-la-vida-en-un-dia-en-accidentes-de-transito/ y la destaca TiempoNotiRD.
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