El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula
da Silva regresó este sábado a la prisión donde cumple condena por corrupción
tras asistir emocionado al funeral de su nieto Arthur, cerca de Sao Paulo, con
un permiso que le permitió abandonar la cárcel durante varias horas bajo una
fuerte escolta.
La información la publica la agencia de
noticias AFP y la destaca TiempoNotiRD.
El exmandatario de izquierda (2003-2010)
volvió a la sede de la Policía Federal en Curitiba sobre las 15H45 locales
(18H45 GMT), casi nueve horas después de iniciar su viaje hacia el cementerio
de Sao Bernardo do Campo donde despidió a su nieto, fallecido repentinamente a
causa de una meningitis a los 7 años.
Con el gesto cansado, Lula
llegó sobre las 11H00 a la ceremonia en un convoy de autos negros, del que se
bajó escoltado por agentes armados. Vestido con un traje oscuro y camisa clara,
saludó muy serio a los militantes que le aclamaban en la puerta con gritos de
"Lula, guerrero del pueblo brasileño". Casi dos horas más tarde,
abandonó el recinto aplaudido por sus seguidores.
Arropando a la familia del
patriarca de la izquierda estuvieron también varios representantes de
movimientos sociales y del Partido de los Trabajadores, como la expresidenta
Dilma Rousseff o Fernando Haddad, candidato derrotado en las últimas
elecciones.
Numerosos ramos de flores
llenaban la sala donde se realizó el velatorio, cerrado a la prensa, incluida
una corona enviada por el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, informó el
diario Folha de Sao Paulo.
Sin poder contener las
lágrimas, el exlíder sindical, de 73 años, se dirigió a sus allegados durante
la ceremonia que precedió a la incineración del pequeño, poco antes de tener
que marcharse.
"Las palabras de Lula al
despedirse nos emocionaron a todos", contó después Joao Pedro Stedile, del
Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra, al sitio de noticias
brasileño G1.
"Dijo que [Arthur] venía
sufriendo bullying en la escuela, que sus compañeros le decían que su abuelo
era un ladrón y por eso estaba preso. Hizo una promesa diciendo que se
comprometía a luchar por todos los medios para que el Poder Judicial
reconociera su inocencia", relató.
Arthur, cuyo padre es Sandro
Luis Lula da Silva (uno de los cinco hijos de Lula), había visitado en dos
ocasiones a su abuelo en la cárcel.
- Dispositivo complejo -
Un amplio dispositivo de
seguridad cubrió el traslado del exmandatario, de unos 425 kilómetros, en
varias etapas, que arrancaron a las 07H00 de la mañana, cuando Lula abandonó en
helicóptero el edificio de la Policía Federal en Curitiba rumbo a un aeropuerto
de la ciudad sureña.
De ahí viajo hasta Sao Paulo en
una avioneta del gobierno de Paraná antes de completar la penúltima etapa hasta
Sao Bernardo, cuna de su carrera política y su lugar de residencia, de nuevo en
helicóptero.
El itinerario había sido
mantenido en secreto por orden de la Justicia.
El expresidente fue autorizado
a salir de prisión en aplicación de una ley que permite a los presos visitar a
parientes cercanos gravemente enfermos o asistir a sus funerales.
Esta era la segunda vez que
Lula abandonaba del edificio donde ocupa una celda de 15 metros desde que el
pasado 7 de abril comenzó a cumplir una pena de 12 años y un mes de cárcel por
corrupción pasiva y lavado de dinero.
La primera fue en noviembre,
cuando fue llevado a prestar declaración ante un tribunal de primera instancia
de Curitiba, en una causa por la que fue condenado el mes pasado a otros 12
años y 11 meses de cárcel.
A finales de enero, Lula no
pudo asistir al entierro de su hermano Genival Inácio da Silva, conocido como
Vavá, porque la Justicia le otorgó un permiso a última hora, cuando ya estaba
ocurriendo el funeral.
"No dejaron que me
despidiese de Vavá por pura maldad", escribió después.
- Polémica -
El diputado Eduardo Bolsonaro,
hijo del presidente de ultraderecha Jair Bolsonaro, consideró
"absurdo" que la justicia autorizara la salida del izquierdista.
"Lula es un preso común y
debería estar en un presidio común. ¿Cuando el pariente de otro preso muera,
también será escoltado por la PF [Policía Federal] para el entierro? Absurdo
imaginar eso, [que] deja al ratero en evidencia haciéndose pasar por
pobrecillo", escribió en Twitter.
Ese mensaje desató una ola de
críticas, incluso entre seguidores del legislador de 34 años, uno de los tres
hijos de Bolsonaro dedicados a la política, que matizó después sus palabras subrayando
que la muerte del niño era un hecho "lamentable e indeseable".
Otros adversarios políticos de
Lula le manifestaron en cambio su apoyo, como el presidente de la Cámara de
Diputados, el conservador Rodrigo Maia, que le expresó su "total
solidaridad" ante la dolorosa pérdida.
Lula encadenó una serie de
tragedias personales y reveses políticos y judiciales desde el fallecimiento de
su esposa Marisa Leticia en febrero de 2017 hasta la muerte de su nieto,
pasando por su encarcelamiento y la derrota de su delfín Fernando Haddad en las
presidenciales de octubre frente a Bolsonaro.
El exmandatario responde a
otros procesos en la Justicia, pero se declara inocente en todos y denuncia una
conspiración para impedirle volver al poder.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario