La decisión de Liz Truss abre una nueva crisis política en Reino Unido. Mientras los conservadores quieren tener listo su relevo la próxima semana, otros partidos reclaman la convocatoria de elecciones.
Liz Truss se ha convertido este jueves en la primera ministra más breve de Reino Unido. Apenas mes y medio ha transcurrido desde que llegó al número 10 de Downing Street. Desde entonces ha vivido la muerte de la reina Isabel II, el fracaso de su proyecto económico, la pérdida -una destitución y una dimisión- de dos ministros, y la disminución imparable de sus apoyos. Esta mañana Graham Brady, el presidente del llamado Comité 1922 del Partido Conservador, le ha explicado que ya no contaba con el respaldo de su grupo y Truss ha presentado al mediodía su dimisión.
La información la publican medios como El Mundo y la resalta TiempoNotiRD.
El relevo ha arrancado por la tarde. El mismo Brad ha declarado abierto un proceso que debe conducir a una votación interna en la que no habrá más de tres candidatos. Una carrera en la que se plantea participar de nuevo Boris Johnson y que debería concluir "para el viernes 28 de octubre". Por una parte, porque desde la oposición arrecian las voces que reclaman elecciones. Por otra, porque la delicada situación económica requiere, precisamente, estabilidad.
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