El fracaso de la ciclovía

 

Por: María Hernández

Por más señales de tránsito que se han colocado en las inmediaciones de la avenida Simón Bolívar, para forzar un espacio para una ciclovía, los conductores no se acostumbran al atasco que cada día se produce en esa importante vía de la capital que desde hace décadas es una de las arterias más utilizadas por vehículos que hacen rutas urbanas e interurbanas y que por ella se desplazan autobuses como los que van a San Cristóbal, Azua, Baní, entre otros que se dirigen hacia la región sur del país.

La información la publica Vanguardia del Pueblo en su portal https://vanguardiadelpueblo.do/2021/06/el-fracaso-de-la-ciclovia/ y la resalta TiempoNotiRD.

También debemos recordar que aunque nos encontramos en medio de la pandemia del COVID-19 y todavía no se inician las clases presenciales en las universidades es por esa estrecha vía que transitan la mayoría de guaguas y minibuses que llevan a los estudiantes a las diferentes dependencias de educación superior que están cerca de esa avenida, así como muchos de los principales colegios de esa zona.

Cuando las autoridades van a intervenir alguna calle deben primero percatarse de que sea factible la transformación que se vaya a realizar a la infraestructura vial de forma tal que no obstaculice el libre tránsito de los conductores de vehículos del transporte público y privado que está garantizado en el artículo 46 de la Constitución de la República Dominicana.

Los distintos enfrentamientos que se han producido desde el inicio de la inauguración de esa ciclovía, el 3 de junio de 2020, debe llevar a pensar a las autoridades en la posibilidad de mover ese carril privilegiado hacia otra avenida que tenga mayor amplitud y menor flujo de vehículos que sería cuestión de que los técnicos del Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (INTRANT) y de la alcaldía de la capital ubiquen esa otra posibilidad. El consenso lo pueden hacer con los mismos ciclistas que en su mayoría no hacen uso del espacio de vía que se les ha cedido en la avenida Bolívar por lo peligroso del trayecto en medio de tantos vehículos muy cerca unos de otros.

Esa céntrica vía debe mantenerse holgada para el libre tránsito de los vehículos porque junto a la avenida México son las salidas más próximas del Palacio Nacional por lo que han sido utilizadas por décadas por los mandatarios cuando se dirigen a sus hogares o a participar en algún acto oficial tanto dentro como fuera de la capital.

La avenida Bolívar siempre se mantenía despejada con los agentes de sombrero blanco (tráficos) que siguen haciendo esa labor en todas las cuadras por donde tiene que pasar la avanzada acompañando a los presidentes.

Uno de los incidentes más recientes ocurrido en esa vía se hizo viral en las redes sociales cuando un chofer del transporte público se introdujo por la ciclorruta de la avenida Simón Bolívar y un ciclista sacó su celular para grabar la mala acción del conductor y el cobrador de la guagua se desmontó enojado y comenzó a agredir verbalmente al ciclista.

Estos incidentes se producen específicamente en las horas pico, al mediodía hasta las 2:00 de la tarde y de 5:00 a 6:00 de la tarde, horas en las que se producen los mayores taponamientos en esa vía.

La ruta de la Ciclovía parte de la avenida Bolívar esquina Abraham Lincoln , hasta el kilómetro cero o la entrada a la avenida de la salud en la avenida Winston Churchill.

También, el pasado año la alcaldía del Distrito Nacional inauguró la primera bici oficina de la ciudad que tiene el objetivo de promover la movilidad sostenible y el colectivo Santo Domingo en Bici. Además inauguraron dos bici parqueos en la sede de la alcaldía y en la Zona Colonial. Todos proyectos de trascendental importancia para mejorar el medioambiente con el fomento de la utilización de medios de transporte menos nocivos para los ciudadanos y su entorno.

Lo más importante es que se tome en consideración la idea de que la ciclovía de la Bolívar se pueda trasladar a otra avenida sin tener que variar los objetivos que le han dado origen como una forma de llevar tranquilidad y evitar nuevas confrontaciones entre los conductores que hacen uso continuo de esa transitada vía.