Médico uruguayo Roberto Canessa
Apenas se dio cuenta
del poder letal del nuevo coronavirus, el médico uruguayo Roberto Canessa, uno
de los supervivientes de la tragedia de Los Andes, se propuso ayudar a
abastecer a su país de respiradores suficientes para que nadie muriera de
"sed de aire".
La información la
publica la agencia de noticias AFP y la destaca TiempoNotiRD.
En octubre de 1972,
el avión en el que viajaba a Chile como parte de un equipo de rugby se
precipitó a 3.600 metros de altitud, en plena cordillera argentina. De 45, solo
16 soportaron las extremas condiciones de frío y hambre durante 72 días hasta
que ocurrió el rescate.
Canessa fue uno de
los protagonistas al lanzarse heroicamente junto a otro rugbista, Fernando
Parrado, a sortear la cima de la montaña y conseguir ayuda. El impacto del
brote de COVID-19 hizo regresar a su memoria aquella increíble hazaña.
"Cuando vi que en el mundo la gente se moría de sed de aire, me hizo acordar a la montaña, cuando veía a mis amigos que no podían respirar más y dije: no, eso no me puede pasar de vuelta", cuenta a la AFP este hombre afable de 67 años, momentos antes de realizar el primer ensayo del último prototipo de respirador artificial resultado de sus gestiones.
Mientras la epidemia
avanzaba, para él fue evidente que "países grandes como Estados Unidos o
China iban a tener posibilidades de comprar o hacer respiradores, pero Uruguay
no".
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