Didier Raoult, director del Instituto Mediterráneo de Infección en el Hospital Universitario (IHU) de Marsella.
La cloroquina existe desde 1934 y se usa
para tratar la malaria y, en algunas ocasiones, el lupus.
En Francia, con casi 20.000 casos de coronavirus identificados
y 860 muertes desde la expansión del COVID-19 (186 sólo ayer), Didier Raoult, director
del Instituto Mediterráneo de Infección en el Hospital Universitario (IHU) de Marsella, anunció en un video (al
final de esta nota) el "final de partida” contra el virus: la cloroquina,
dijo, una medicación utilizada contra la malaria, había eliminado los
síntomas del 75% de los 24 pacientes en los que él la probó.
La información la
publica Infobae.com y la destaca TiempoNotiRD.
Sin embargo, mientras la población preocupada por el avance de la
pandemia comenzaba a formar largas filas —con máscaras y distancia social—
frente a las puertas del IHU, las autoridades sanitarias de Francia
recomendaron que no se utilizara la cloroquina contra el COVID-19 ″salvo en
casos graves hospitalizados y bajo vigilancia médica", en palabras del
ministro francés de Salud, Olivier Véran.
El Alto Consejo de Salud Pública y el primer ministro francés,
Édouard Philippe, anunciaron también que la recomendación se basa en la
prudencia, dada la falta de estudios sobre la eficacia y la seguridad del
fármaco para combatir este nuevo coronavirus, se acompaña de varios ensayos
clínicos e invitaron a los hospitales a "incluir la mayor cantidad
posible de enfermos” en ellos.
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