Estados Unidos
anunció este lunes que empezará a imponer sanciones a todo país, incluyendo
aliados como India, que compre crudo a Irán, un nuevo paso en su lucha contra Teherán
que podría tensar sus relaciones internacionales. Uno de los países afectados,
Turquía, prometió desobedecer la orden de Washington, que provocó un estallido
de los precios globales, aunque el presidente Donald Trump dijo que Arabia
Saudita y otros aliados de Washington "más que compensarán" la caída
de la oferta petrolera.
La información la
publica la agencia de noticias AFP y la
destaca TiempoNotiRD.
Con estas medidas,
que específicamente ponen fin a las exenciones que permitían a ocho países
seguir comprando crudo a Irán, Trump busca "llevar a cero las
exportaciones" de petróleo iraní y "privar al régimen de su principal
fuente de ingresos", anunció la Casa Blanca.
Las amenazas de
sanciones abren un nuevo frente de fricciones en las relaciones ya tensas de
Washington con Pekín y Ankara.
"No aceptamos
sanciones unilaterales e imposiciones sobre cómo estableceremos relaciones con
nuestros vecinos", aseguró en respuesta a la amenaza estadounidense el
ministro de Relaciones Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, que añadió que la
medida no ayudará a la "paz y la estabilidad regional".
La medida es
especialmente delicada para India, aliada estratégica de Washington y tercer
importador mundial de crudo, que ya enfrenta presiones de Estados Unidos para
dejar de comprar petróleo a Venezuela, en la lucha de Trump para derrocar al
mandatario Nicolás Maduro.
"Si no respetan
esto, habrá sanciones", advirtió el secretario de Estado, Mike Pompeo.
"Tenemos la intención de aplicar las sanciones", insistió.
Los otros cinco
países sancionados -Japón, Corea del Sur, Taiwán, Italia y Grecia- ya han reducido
drásticamente sus compras de crudo iraní.
La cancillería de
Corea del Sur aseguró en un comunicado que está en consultas con Estados Unidos
y que hará "lo posible" para "renovar la exención" hasta la
semana próxima, cuando expira el plazo dado.
-Aumento de la
presión-
Esta decisión del
gobierno de Trump es su último paso en el aumento de la presión que desde el
año pasado ejerce contra Teherán, cuando abandonó unilateralmente el acuerdo
nuclear firmado en 2015 entre potencias occidentales y la República Islámica.
Su retiro conllevó el
restablecimiento de sanciones de Washington contra Irán, decisión apoyada por
Arabia Saudita e Israel. A la medida le han acompañado amenazas a los países
que sigan comercializando con Irán.
La prohibición de
comprar petróleo iraní era la principal medida de esas sanciones, aunque
Washington otorgó exenciones por seis meses a ocho gobiernos, al considerar que
el mercado mundial no podía aguantar una brusca eliminación de las ventas de
crudo iraní.
El Ministerio de
Asuntos Exteriores iraní aseguró que las sanciones eran "ilegales"
desde el principio.
La decisión ocurre
dos semanas después de que Washington incluyera a los Guardianes de la
Revolución, el ejército ideológico de la república islámica, en su lista negra
de organizaciones "terroristas".
La campaña de Estados
Unidos contra Irán busca poner fin a las "actividades
desestabilizadoras" de Teherán en Medio Oriente, principalmente en Líbano
a través del movimiento chiita Hezbolá, en Yemen a través de los rebeldes
hutíes y en Siria por su apoyo al régimen de Bashar al Asad.
- Arabia Saudita va a
"estabilizar" el mercado -
"Estados Unidos,
Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, tres de los productores energéticos
más grandes del mundo, con nuestros amigos y aliados, se comprometen a
garantizar que los mercados mundiales de petróleo sigan adecuadamente
suministrados", anunció la Casa Blanca.
Irán obtuvo 52.700
millones de dólares por exportaciones petroleras en 2017, antes de que
Washington retomara las sanciones, según la Organización de Países Exportadores
de Petróleo (OPEP).
Expertos predicen que
muy difícilmente las exportaciones iraníes llegarán completamente a cero, pues
siempre existirá un mercado negro.
Los precios saltaron
desde que el anuncio de la decisión estadounidense empezó a circular por los
medios. El WTI, referencia en Estados Unidos, ganaba 2,2% y se situaba en los
65,39 dólares para entrega en mayo poco después de la apertura de los mercados.
En respaldo a los
comentarios de Trump, el ministro saudita de Energía, Jaled al Falih, dijo que
Riad va a "estabilizar" el mercado.
El primer ministro de
Israel, Benjamín Netanyahu, fiel aliado de Trump en su lucha contra Teherán, se
congratuló por la decisión de Washington, que consideró de "importancia
capital para reforzar la presión sobre el régimen terrorista iraní".
"La
administración Trump y nuestros aliados están determinados a sostener y ampliar
la campaña de máxima presión económica contra Irán para poner fin a la
actividad desestabilizadora del régimen que amenaza a Estados Unidos y a
nuestros socios y aliados, así como a la seguridad en el Medio Oriente",
indicó.
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